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Supremo EEUU: Policías podrán detener conductores basado en confidencias anónimas

03 de mayo de 2014
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Supremo EEUU: Policías podrán detener conductores basado en confidencias anónimasEl Tribunal Supremo de los Estados Unidos decidió a finales del mes pasado que, dada la peligrosidad que suponen los conductores descuidados o bajos los efectos del alcohol, la policía puede detener una persona y conducir una inspección basado solamente en confidencias dadas por llamadas al 911.

La decisión, dividida en una votación de 5 a 4, separó a dos de los jueces más conservadores: Clarence Thomas, quien escribió para la mayoría, y Antonin Scalia, quien escribió la opinión disidente.


El caso que motiva la decisión se remonta a agosto de 2008 cuando una persona realizó una llamada al 911 en California y reportó que una camioneta blanca forzó a su vehículo a salirse del camino. Además la persona indicó que pensaba que quien conducía el vehículo estaba bajo los efectos del alcohol. La persona en su llamada fue específica en ofrecer información sobre el modelo, año y número de tablilla del vehículo.

Luego de la llamada, la policía detuvo al vehículo y percibió un fuerte olor a marihuana mientras caminaba hacia el mismo. Se ocuparon 30 libras de la sustancia controlada.

El juez Clarence Thomas determinó que el que se detuviera el vehículo fue acertado ya que la confidencia era confiable dada a la totalidad de la circunstancia.

Por otra parte, Scalia –en su disenso junto a Sonia Sotomayor, Ruth Ginsburg y Elena Kagan– explicó que la mayoría ha subestimado otros precedentes que han establecido que las confidencias anónimas deben ser corroboradas antes de que la policía actúe sobre ellas. Scalia alertó que los motoristas ahora pueden ser detenidos y registrados «basado en una confidencia telefónica, falsa o verdadera, de una sola ocasión de conducir sin cuidado».

El Tribunal había establecido anteriormente que los oficiales podían detener personas basado en confidencias anónimas pero esa información debía proveer suficientes detalles que condujeran a una sospecha razonable de actividad criminal. En este caso, el autor de la opinión mayoritaria concluyó que el confidente del 911 dijo que había sido forzado fuera del camino, que había sido testigo ocular, y que la policía podía inferir que había razones para creer que el conductor del otro vehículo estaba bajo los efectos del alcohol.

Sobre los confidentes de 911, este explicó que «una llamada de 911 tiene ciertos recursos que permiten que se identifique y rastree a las personas que llaman», además de que las llamadas pueden ser grabadas.

 

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