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No causa probable para arrestos en operativo basado en información confidencial, recomienda magistrado federal

07 de mayo de 2015
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United States v. Silva-RentasDescarga el documento: United States v. Silva-Rentas

Uno de los acusados, al ver a los policías llegar, corrió, sacó un arma que tenía en su pantalón y la arrojó sobre una pared de cemento. El juez magistrado halló que hubo causa probable para su arresto y registro, por lo que la evidencia en su contra no está sujeta a su supresión en juicio. El magistrado no halló causa probable para arresto contra otro acusado que permaneció en su lugar y obedeció las órdenes de los oficiales, por lo que la evidencia en su contra podría suprimirse.

Seis agentes adscritos a la fuerza especial de Investigaciones de Seguridad Nacional del Departamento de la Policía de Puerto Rico se movilizaron al área de Navarro en el pueblo de Gurabo, luego de que uno de ellos recibiera una confidencia indicando que había una guagua Toyota Sequoia blanca camino a ese lugar para una posible transacción ilegal de drogas.

Los agentes, quienes iban sin orden judicial, observaron una guagua Sequoia entrando a un área cerrada con portones y paredes de cemento. Al lado de unos establos observaron a unos individuos de pie cerca de varios vehículos estacionados. Los oficiales iban con sus armas desenfundadas y anunciaron su presencia. Julio Colón Maldonado, uno de los individuos que se encontraba allí, salió corriendo y los demás de arrojaron al suelo. El agente Rafael Vázquez Ocasio persiguió a Colón Maldonado y pudo observar cuando este sacó una pistola Glock negra de su cintura y la arrojó por encima de la pared de cemento. El agente alcanzó a Colón Maldonado y lo arrestó.

Los oficiales luego arrestaron a José Silva Rentas y a los demás individuos en la escena y los registraron. A Colón Maldonado le hallaron dos identificaciones falsas. A Silva Rentas se le encontró $7,000.00 en efectivo, 120 pastillas, 7 celulares, dos identificaciones falsas y, alrededor de su cuello, el "beeper" de un vehículo Acura.

Un examen de olfato por un perro alertó la presencia de narcóticos en 6 de los vehículos en el área, incluyendo una guagua Toyota Tundra, alegadamente propiedad de Colón Maldonado. En la guagua Tundra pudieron observar a través de una puerta abierta, una bolsa de lo que aparentaba ser marihuana y municiones.

Otros agentes fueron en búsqueda del vehículo Acura, propiedad de Silva Rentas, y lo hallaron cerca del lugar de los hechos. Los oficiales obtuvieron órdenes judiciales para el registro de todos los vehículos. En el vehículo Tundra hallaron 134 gramos de cocaína, marihuana y municiones de una Glock .40, entre otras cosas. En el vehículo Acura se hallaron dos pistolas Glock, municiones para las armas y dinero en efectivo, entre otras cosas.

De los individuos involucrados, Colón Maldonado y Silva Rentas sometieron una moción de supresión de evidencia, alegando que los arrestos y registros realizados fueron en violación de la Cuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, y a su vez, la evidencia obtenida a raíz de ellos es toda inadmisible, bajo la doctrina del fruto del árbol ponzoñoso.

Varios de los individuos fueron acusados. Entre ellos, Colón Maldonado fue acusado de posesión de un arma por un convicto, posesión de un arma en la comisión de un delito y posesión de cocaína. Silva Rentas fue acusado de posesión de una ametralladora, posesión de un arma por un convicto y de complicidad.

Ambos acusados sostienen que la entrada de los oficiales en el predio donde se encontraban los individuos fue ilegal porque los oficiales no tenían una orden judicial. Coló Maldonado alega por su parte que su arresto, registro incidental, y la recuperación del arma que lanzó fue ilegal. Silva Rentas alega que su arresto, registro y el registro del vehículo Acura fueron ilegales.

El juez magistrado Bruce J. McGiverin del Tribunal federal para el Distrito de Puerto Rico emitió un informe y recomendación que será evaluado para tomar una determinación sobre la moción de supresión.

El juez McGiverin determinó que la entrada de los oficiales al lugar no fue ilegal con relación a Colón Maldonado ni a Silva Rentas, ya que ninguno de los acusados tiene legitimación para reclamar que poseían un expectativa razonable de intimidad en ese lugar. Ninguno de ellos es el dueño del lugar, ni estaba en posesión o control del mismo o la habilidad de regular el acceso al mismo, ni se podría decir que el uso histórico de la propiedad les otorga dicha legitimación. De hecho, para los efectos, aunque al lugar sólo tienen acceso un número limitado de personas, el juez McGiverin indica que para propósitos de este proceso se considera un lugar público. Dice el juez McGiverin que ni Colón Maldonado ni Silva Rentas podían garantizar que su uso del área en ese momento era exclusivo.

Al abordar el tema del arresto y registro de Colón Maldonado, indica el juez que al sacar la pistola de su cinturón y arrojarla, proveyó al oficial que lo persiguió con la causa probable necesaria para arrestarlo y registrarlo, ya que en Puerto Rico tener una arma de fuego al descubierto es un delito en sí mismo. Por ello, los frutos del registro no son ilegales ni sujetos a supresión en juicio. El arma, al ser evidencia abandonada, tampoco es evidencia obtenida ilegalmente, por lo que no debe ser suprimida.

En cuanto a Silva Rentas, el juez McGiverin indica que su arresto fue ilegal y de igual manera la evidencia adquirida al registrar el vehículo Acura. El juez sostiene que el arresto de los individuos que no corrieron (todos menos Colón Maldonado) fueron arrestos ilegales, ya que el hecho de que uno de ellos corrió, ni la confidencia que alertaba sobre la posibilidad de una transacción de drogas son insuficientes para que haya causa probable de que ellos cometían un delito. Dice el juez que de la prueba surge que los oficiales no los vieron hablando con Colón Maldonado ni los observaron cometiendo delito alguno.

Sobre la confidencia, el juez indica que esta no muestra suficientes indicios de confiabilidad para generar causa probable de que se cometía un delito. La confidencia relataba simplemente que existía la posibilidad de que ocurriera una transacción de drogas en algún lugar de Navarro, involucrando una guagua Sequoia blanca. Aún cuando los oficiales hallaron la guagua Sequoia blanca y la evidencia en el lugar de los hechos, dicha corroboración es minúscula y no suficiente para generar confiabilidad en el informante.

Sobre la evidencia hallada en el vehículo Acura de Silva Rentas, el juez McGiverin señala que aunque los oficiales obtuvieron una orden judicial para registrarlo posteriormente, el conocimiento de que el vehículo Acura estaba conectado de alguna manera a Silva Rentas fue descubierto ilegalmente. Aún cuando los oficiales alegan que un perro detector alertó sobre la posibilidad de material ilegal en el vehículo, dicha fuente no se puede considerar independiente, de manera que revista el registro de legalidad.

En conclusión, la evidencia directa contra Silva Rentas podría ser suprimida, pero la evidencia contra Colón Maldonado se sostiene para ser utilizada en juicio en su contra.

Reseña por el Lcdo. Cristian González

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