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Las escuelas de derecho deben ver la inteligencia artificial como una herramienta

07 de enero de 2024
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Por Perla del Mar Rodríguez Fernández

El Managing Partner de Edge Legal, el licenciado Eliseo Roques-Arroyo, conversó con Microjuris sobre cómo las escuelas de derecho deben abordar la inteligencia artificial de cara al 2024.

Roques Arroyo enfatizó que desde las escuelas de derecho deben ver la inteligencia artificial como una herramienta que va a ayudar a los abogados y a las abogadas del futuro a ser más competentes y más vigente en el mundo, una vez tomen la reválida y tengan que trabajar con un cliente.

«El hecho de que no haya un curso formal de inteligencia artificial en el derecho sugiere algún grado de timidez de parte de las escuelas de derecho locales para enfrentar esta gran herramienta. Yo no la veo como un reto [la inteligencia artificial]», explicó.

«Yo creo que a veces las escuela de derecho pueden hacer un mejor trabajo para preparar a los estudiantes sobre el mundo al que se van a enfrentar», añadió.

El abogado señaló también que no hay forma de que la inteligencia artificial reemplace a los docentes, aunque sí ayudará a que más personas a alcancen el máximo de su potencial.

«En cuanto a las escuelas de derecho no la acojan como una herramienta de trabajo, no le hacemos un gran servicio a nuestros estudiantes y a la sociedad que está lista para recibirlos con unas destrezas con las que no necesariamente van a salir, si las cosas no cambian el próximo año», puntualizó.

Un curso de dos créditos en Inter Derecho

Roques Arroyo se estrenará este semestre como profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, donde brindará el curso Inteligencia Artificial en el Derecho. El curso será de dos créditos.

«Me parece que la Facultad de Derecho da un paso de avanzada al permitir a sus estudiantes tomar un curso formal en el campo y las áreas que cubre: ética, privacidad y hasta una parte más práctica», sostuvo Roques-Arroyo.

«Vamos a retar el intelecto. Vamos a llevar la capacidad humana al límite, sabiendo lo más importante de todo esto: que lo único que la inteligencia artificial jamás podrá reemplazar es el juicio profesional. Eso es lo que nos diferencia», puntualizó.

Roques-Arroyo, que se graduó hace más de 25 años de la Facultad de Derecho de la UIPR, explicó que «el camino que habré de recorrer con los estudiantes será de mutuo aprendizaje. Son personas que han crecido en un mundo mucho más digital que cualquier otra generación, y eso les da un edge, una ventaja, sobre cualquier otra generación y yo creo que la deben utilizar a su favor y no tomarla por sentado. Estamos viviendo momentos superexitantes».

Ante los mitos

Ante los mitos que rodean la inteligencia artificial, Roques-Arroyo aclaró que no es infalible. La inteligencia artificial es tan buena como lo sean los datos en los que se entrenó o como lo sean los datos con los que se hace una solicitud de información, afirmó.

«Garbage in, garbage out. Si la persona o el profesional no sabe lo que está buscando y cómo buscarlo, no va a recibir lo deseado», explicó.

Además, enfatizó que la inteligencia artificial sí se equivoca y que no es un abismo desconocido o incomprensible. Tiene una razón matemática y de diseño que guía las conclusiones. Hay modelos que son más robustos que otros.

«No conocer que la tecnología es predictiva es el primer error de cualquier individuo», sostuvo.

Lo importante, a palabras del abogado, es nunca sustituir el criterio profesional por la conclusión de la herramienta.

«A veces uno tiende a sustituir el juicio propio por la contestación que recibe. La contestación que recibes es una predicción que puede estar basada en prejuicio de los programadores. […] Los humanos son los que estamos detrás del algoritmo», culminó.

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