Por Perla del Mar Rodríguez Fernández

El Managing Partner de Edge Legal, el licenciado Eliseo Roques-Arroyo, conversó con Microjuris y explicó que la inteligencia artificial es clave en cualquier plataforma gubernamental.

«La inteligencia artificial tiene que ser uno de los pilares de cualquier plataforma gubernamental».

Ahora bien, el abogado explicó que, como parte de esa agenda, tiene que discutirse de forma amplia el uso que se le da a esta tecnología.

«Que [esta tecnología] se use para fines sociales, no discriminatorios, que no incidan al prejuicio, y que propensa al bienestar social; no que sea utilizada para usos no deseados como la ingeniería social, para promover el daño, o para polarizar», describió el abogado.

Roques-Arroyo aseguró que las plataformas gubernamentales del 2024 deben integrar una discusión amplia sobre la inteligencia artificial porque, entre otras cosas, esta tecnología moldeará el mercado laboral.

«La inteligencia artificial presenta la transformación más grande de los tiempos modernos. Va a redefinir el trabajo como conócenos», puntualizó el Managing Partner de Edge Legal.

El abogado destacó, citando un informe de McKinsey & Company, que la inteligencia artificial tiene el potencial teórico de automatizar actividades laborales, como redactar correos electrónicos o responder a las consultas de los clientes, que actualmente ocupan entre el 60% y el 70% del tiempo que dedican muchos trabajadores en sus empleos.

Roques-Arroyo, además, subrayó que economistas de Goldman Sachs han estimado que 300 millones de empleos serán desplazados o perdidos en los próximos 18 meses a partir de la inteligencia artificial.

Este segundo informe pronostica una transformación acelerada del mercado laboral. Estiman que la mitad de las actividades laborales actuales podrían automatizarse entre 2030 y 2060, con un punto medio en 2045.

Aunque auguran que la inteligencia artificial generativa puede aumentar sustancialmente la productividad laboral en toda la economía, esto requerirá inversiones para apoyar a los trabajadores durante la transformación de la actividad laboral o del empleo.

Según el informe, la inteligencia artificial generativa podría permitir un crecimiento de la productividad laboral de entre el 0,1% y el 0,6% anual hasta 2040, dependiendo del ritmo de adopción de la tecnología y de la reasignación del tiempo de los trabajadores a otras actividades.

La competencia y la confidencialidad son claves para integrar la inteligencia artificial en la abogacía

No obstante, «los trabajadores necesitarán apoyo para aprender nuevas habilidades y algunos cambiarán de ocupación. Si se pueden gestionar las transiciones de los trabajadores y otros riesgos, la inteligencia artificial generativa podría contribuir sustancialmente al crecimiento económico y apoyar un mundo más sostenible e inclusivo», añade el informe.

Roques-Arroyo planteó a Microjuris que, ante estos cambios, el empleo que más riesgo puede correr es el de «cuello blanco». Entre los empleos de «cuello blanco» se encuentran los puestos gerenciales intermedios, profesionales de la abogacía, la contabilidad y la consultoría.

«Van a tener un riesgo mayor que aquellos que ejercen funciones técnicas, contrario al entendimiento general», explicó el abogado.

«Habrán personas que tendremos que readiestrar para reinsertar en el mercado laboral. Estamos hablando de que en los próximos ocho meses vamos a ver cambios significativos en el mercado laboral», añadió.

La práctica legal no está exenta de esos cambios. 

Ante la posibilidad de la eliminación de la abogacía, Roques-Arroyo subrayó que «la inteligencia artificial va a reemplazar, evidentemente, a los abogados que no se ajusten a este tecnología. Aquellos abogados que se resistan a acogerla y a dominarla, en efecto serán desplazados».

Las escuelas de derecho deben ver la inteligencia artificial como una herramienta