Por Valeria Alicea Guzmán

Uno de los objetivos del Centro de Ética Legal de la UPR es promover las mejores normas de conducta profesional entre estudiantes y profesionales del derecho.

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A través de la entidad de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico (UPR), las y los estudiantes se exponen a la práctica del derecho mientras representan a abogadas y abogados que enfrentan quejas disciplinarias o que buscan ser readmitidos a la profesión.

"La clínica tiene un doble propósito. Primero, sirve de vehículo de enseñanza para los estudiantes y las estudiantes en su último año de estudio que toman esta clase que es la parte práctica de la enseñanza. […] En segundo lugar, es dar un servicio a la comunidad", expresó el profesor del Centro de Ética Legal, Guillermo Figueroa Prieto.

En la clínica, las y los estudiantes tienen la oportunidad de ir a postular a los tribunales. "Están admitidos bajo una regla especial que permite que los estudiantes puedan participar siempre con un profesor", explicó el catedrático.

Por su parte, la también profesora de la clínica, Margarita Mercado Echegaray, resaltó que, además de la práctica en los tribunales, las y los practicantes desarrollan destrezas que les permitirán, desde el lado humano, atender las necesidades de los clientes.

"Para nosotros en todos los casos es bien delicado porque es un abogado o que perdió su título y tiene que pasar por un proceso que no es sencillo para que lo readmitan o que tiene un abogado practicante que está en peligro de perder su título o licencia por un tiempo", manifestó la licenciada Mercado Echegaray.

Entre los beneficios que brinda la práctica, las y los futuros profesionales del derecho adquieren mayor conciencia del aspecto ético de la profesión. "A veces la ética se queda rezagada y en la clínica a veces se ven esos problemas. El cliente no es que quiso hacer algo mal o tuvo intención, sino que se comenten errores por no conocer la dimensión ética", agregó Mercado Echegaray.

Una materia joven

El profesor Figueroa Prieto expresó que la ética es una materia relativamente joven, pues se comenzó a enseñar en la década del 1970. Aseguró que todavía hay abogadas y abogados practicantes que no tomaron la clase de ética en sus años de estudio.

"Uno pensaría que con el tiempo se vayan reduciendo cada vez más los casos de disciplina contra los abogados porque ahora salen con esa enseñanza de la Escuela de Derecho", indicó el licenciado.

Por otro lado, según la profesora Mercado Echegaray, no existe una estadística de las quejas éticas presentadas. "En la inmensa mayoría se terminan los procesos sin llegar a un proceso formal disciplinario que desemboca en una opinión [del Tribunal Supremo]", informó.

Figueroa Prieto añadió que, de aproximadamente 13,000 abogados y abogadas, unos 50 son desaforados cada año. "Hoy, la mayoría de los abogados que son desaforados es por no atender los requisitos de educación continua", destacó el profesor.

Ante esta situación, Mercado Echegaray señaló que el Centro de Ética ofrece representación legal gratuita de alta calidad.

"La perspectiva de la misma clínica, su diseño, su propósito es para eso. Para ver el lado humano y combinarlo con la experiencia y la pericia de la Clínica. Damos un servicio de calidad y los estudiantes se desviven por los casos", puntualizó.

Además de representación legal, el Centro provee información de interés a través de su Centro de Ética Legal. Puede acceder a https://eticalegal.org.