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Demandan a Wesleyan Academy por discrimen, falta de acomodo razonable y no activar adecuadamente protocolo de cyberbullying

18 de octubre de 2019
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Descarga el documento: Vergara et al v. Wesleyan Academy, Inc. et al

Aixa Vergara, la madre de un menor que estudiaba en la escuela Wesleyan Academy, demandó a la institución alegando discrimen por parte de esta y sus empleados hacia su hijo. Según la demanda, el menor tiene condiciones físicas y mentales que la institución rehusó acomodar, expulsándole de la escuela. También alega que su hijo fue víctima de cyberbullying y que la escuela no atendió el caso de manera apremiante.

El estudiante formaba parte de Wesleyan Academy desde kindergarten y sufre de déficit de atención con hiperactividad, depresión mayor, problemas de percepción visual, problemas con sus destrezas finas motores, e insuficiencia renal. Según los demandantes, estas condiciones limitan algunas actividades del estudiante, como su habilidad para aprender, estudiar y orinar.

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Según los hechos ante la consideración del Tribunal, el estudiante había exhibido problemas para alcanzar los estándares académicos y de conducta de la escuela. Bajo los estándares de Wesleyan Academy, la admisión del estudiante año tras año era condicionada a que mejorase su desempeño académico, así como otros requisitos.

En el 2015, y luego de varios años demostrando dificultad para mantenerse al estándar que requiere la institución educativa religiosa, Wesleyan Academy informó al estudiante que no lo aceptaría para el décimo grado. Sin embargo, la Sra. Vergara solicitó reconsideración. La escuela readmitió al estudiante sujeto a una evaluación psicológica y como condición debía mantener un promedio de 70% o más en cada clase, mantener buena conducta, calendarizar sus citas médicas para fuera de hora de clases, ir a la escuela de verano para varios cursos y el comité de admisiones evaluaría su progreso cada cuatrimestre.

Ese año la institución proveyó acomodo razonable al estudiante a través de tiempo adicional para completar sus exámenes y trabajo en clase, un asiento reservado al frente en el salón, así como consideraciones particulares por parte de sus maestros.

Sin embargo, en el 2016 la institución emitió otra carta informando al estudiante que no se le aceptaría para el año académico siguiente. En particular, la carta señaló que en cuatro de sus clases no logró el promedio de 70%.

La Sra. Vergara solicitó reconsideración nuevamente. Wesleyan Academy aceptó al estudiante solo por el primer semestre del año 2016-2017, 11mo grado, sujeto a que mantuviese un promedio mínimo de 75%, obtuviera tutorías en clases donde su promedio bajara de 75%, entre otras condiciones. Sin embargo, al concluir el año escolar, y aún tomando clases de verano, el estudiante no tenía el promedio requerido en varias de sus clases.

En noviembre de 2016, Wesleyan Academy expulsó al estudiante de su matrícula. Ese semestre estaba fallando solo en Algebra II. La Sra. Vergara solicitó reconsideración a la expulsión, pero esta vez sin éxito. Por ello entabló esta demanda ante el Tribunal federal. Junto con la demanda, la Sra. Vergara consiguió a favor de su hijo una orden temporal para que este continuase sus estudios de undécimo grado en Wesleyan Academy. La demandante también presentó una solicitud de interdicto preliminar, a lo que se allanó la parte demandada. Wesleyan Academy continuó proveyendo acomodo razonable, sin embargo, denegaron algunas de las solicitudes de acomodo, tales como grabar sus clases o fotografiar la pizarra para no tener que tomar notas.

El estudiante culminó el año con 60% de promedio en Algebra II, ello a pesar de tener notas excelentes o satisfactorias en las demás clases. Como parte del litigio, Wesleyan Academy presentó una moción solicitando una sentencia sumaria. Los demandantes se opusieron.

En su solicitud de sentencia sumaria, Wesleyan Academy solicitó la desestimación de la demanda, señalando que los demandantes no tienen prueba suficiente para establecer sus alegaciones. En particular señalaron que no tenían prueba para establecer tan siquiera un caso prima facie de discrimen.

Al evaluar los escritos de las partes, el Tribunal concluyó que la parte demandante no tiene los elementos para establecer que puede haber ocurrido algún discrimen contra el estudiante, o que Wesleyan Academy falló en su deber de proveerle acomodo razonable o de hacerse parte de un proceso interactivo para hallar soluciones para el estudiante.

Sin embargo, al evaluar las alegaciones de las partes respecto a la causa de acción por represalias, el Tribunal halló que hay suficiente prueba para inferir que hubo un trato dispar hacía el estudiante. Ello, porque según entiende el Tribunal, al elevarse el mínimo de 70% a 75% para que el estudiante permaneciera matriculado en Wesleyan Academy muestra un pretexto para represalias.

Por otra parte, los demandantes también reclamaron daños basados en unos incidentes de cyberbullying que ocurrieron entre otros estudiantes y el menor demandante. El Tribunal, tomando en cuenta el momento en que la Sra. Vergara notificó el evento por primera vez, y los daños que el estudiante puede demostrar que sufrió, determinó que hay suficientes elementos para atender de lleno esta causa de acción.

Al final, el Tribunal desestimó las causas de acción basadas en discrimen y en el deber de la institución educativa en proveer acomodo razonable.

por el Lcdo. Cristian González

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