Anteriormente había escrito sobre las aportaciones al derecho puertorriqueño de Yamil Galib y Pedro Malavet Vega.

Hoy dedico unas líneas sobre el gran abogado criminalista Quique Ayoroa. Resulta imposible escribir sobre todas sus aportaciones en menos de 500 palabras. Se han escrito muchos artículos sobre este y un libro por el profesor Laboy Gómez. Haré lo posible por apuntar lo más significativo e invito al amigo lector continuar la búsqueda.

«Defendió miles de casos que otros hubiesen evitado por nimios, pero que para él significaban gritos de libertad y lucha por la patria, como la pega de pasquines de Isabela hasta Guayama, acusados de invasión de terrenos, cuando los probes intentaban rescatarlos para mejor utilidad social.»

Pedro Malavet Vega, El Abogado Criminalista en Puerto Rico, Ed. Omar, Ponce, P.R., (2012) p.194. Ayoroa tuvo el valor de defender independentistas en una época en la cual ello implicaba sacrificios personales para los abogados. Entre estos casos estuvo el de Miguel Hudo Ricci. Como dato importante, Julio Ortiz Molina, el chofer en los eventos del Cerro Maravilla, acudió donde Ayoroa para contarle lo allí sucedido. Luego fue Ayoroa quien coordinó la reunión entre Ortiz y Héctor Rivera Cruz, lo cual permitió el esclarecimiento de tales eventos.

Entre sus casos más significativos están; In re Almodóvar, 167 DPR 421 (2006), Pueblo v. Santiago Torres, 154 DPR 291 (2001), Pueblo v. Zayas Rodríguez, 147 DPR 530 (1999), Pueblo v. De León, 132 DPR 746 (1993), Pueblo v. Rosaly Soto, 128 DPR 729 (1991), Pueblo v. Martínez Torres, 120 DPR 496 (1988), y Pueblo v. Montes Vega, 118 DPR 164 (1986). Vale la pena revisar cada una de las doctrinas apuntadas en tales casos. Sin duda, los argumentos de Ayoroa en estos casos fueron fundamentales para el desarrollo de nuestro derecho.

Sus victorias en sala son innumerables. Un fiscal me confesó que Ayoroa era temido por algunos fiscales.  Sus destrezas como litigante caballeroso eran tales que le permitían sacarle la verdad a cualquier testigo sin alzar su voz. Ayoroa se ganó el respeto de todos en la comunidad jurídica; jueces, fiscales y abogados. También, alcanzó victorias en asuntos civiles. Ayoroa era el abogado al cual acudían las personas que no tenían dinero y necesitaban ser representados en asuntos penales. Sobre esto, se dice que Ayoroa en muchas instancias cobraba muy poco o nada por el increíble trabajo que realizaba.

Ayoroa ejemplificó en su gesta de abogado la imagen del abogado defensor respetuoso, puntual, honesto, estudioso y al servicio de los más necesitados. En un escrito de su autoría indica «El abogado es, guste que no, el arquitecto y custodio del sistema constitucional de vida en sociedad que aquí llamamos genéricamente ‘democrático'».

La Ley Núm. 74 de 2020 mediante la cual se designa una calle en Ponce con su nombre detalla en su exposición de motivos las aportaciones de Ayoroa fuera de su vida como abogado. También, Ayoroa es autor de varios libros y columnas. Actualmente escribe para el periódico La Perla del Sur.

Vale estudiar su figura y aportaciones más a fondo. Sin lugar a dudas, hoy hacen falta abogados como Quique Ayoroa.

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