» El futuro de la investigación legal está aquí OK

Abogadas y abogados jóvenes se enfrentan a nuevos retos relacionados a su salario

19 de julio de 2024
COMPARTIR

Por Valeria Alicea Guzmán

Desde pequeña soñaste con un día convertirte en una gran abogada. Luego de completar el bachillerato, con mucha ilusión, solicitaste a la Escuela de Derecho.

El factor económico te limitaba, pero decides solicitar préstamos estudiantiles para sufragar los gastos. Dijiste: «¡No permitiré que nada me limite!». Así fue. Nada te limitó. Lograste completar el Juris Doctor y recibiste el tan anhelado «PASS» en la reválida. Ahora podrás ejercer como abogada, como siempre soñaste. Te aventuras por el mercado laboral, participas de entrevistas y te das cuenta de que las ofertas de empleo no son lo que esperabas. Te encontraste con salarios irrazonables, ningún beneficio y un costo de vida en aumento. 

Precisamente, estos son los retos con los que chocan las nuevas generaciones de abogados y abogadas al insertarse en el mundo laboral. Para la presidenta de la Comisión de Abogados y Abogadas Jóvenes del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico (CAAPR), Isabel Ruberté Figueroa, las nuevas generaciones se enfrentan a convocatorias con salarios que no cumplen con las expectativas que espera una abogada o abogado practicante. 

«Los otros días estaba viendo una convocatoria en la que pagaban a $20 la hora. Ese no es el valor del trabajo que hace un abogado y mucho menos con las exigencias de la profesión. Muchas de las ofertas de empleo exigen la reválida general, notarial y federal. También exigen que tengas el conocimiento y la habilidad de trabajar con los casos que te den», expresó. 

Para la licenciada, los distintos retos en la práctica de la profesión son temas que se deben atender desde que las personas cursan los estudios en derecho.  

«La realidad es que la Escuela de Derecho no nos prepara para la práctica de la profesión. Nos da el conocimiento legal que necesitamos para llevar los casos, pero nadie te habla de cómo ser abogado o cómo montar tu oficina. Si vas a buscar un trabajo, qué requiere para buscar el tipo de trabajo. ¿Cuál es la oferta laboral con la que te vas a encontrar?», aseguró. 

Esta situación es mucho más complicada para quienes completaron sus estudios con préstamos estudiantiles. Una vez culminan sus estudios poder iniciar la práctica desde una oficina propia es casi imposible. 

«Después que ya estamos en deuda, decimos: ‘Necesito un trabajo ahora mismo porque no puedo vivir el sueño de montar mi oficina porque cuando me entero de en cuánto me va a salir en montar la oficina no tengo el dinero'», detalló. 

Bundle Marketing

Los cambios sociales son inevitables y la crisis económica que enfrenta el país afecta a todos, aunque a diferentes escalas. Antes, quizás un abogado podía comenzar su práctica privada en Barranquitas y ser exitoso.

«Ahora ese abogado en Barranquitas no tiene la misma expectativa por la crisis económica del país, la inflación y obviamente lo que antes costaba $5 ahora cuesta $25. Esos abogados muchos de ellos pudieron adquirir propiedades para vivir y también las propiedades de sus negocios. Quizás no pagan renta porque adquirieron una hipoteca y quizás ya la saldaron. Ahora un abogado probablemente tendría que hacer un préstamo para montar su oficina o rentar», ejemplificó la licenciada. 

En otros casos, aunque el salario pueda considerarse como uno competitivo, no compensa las horas de trabajo que realmente la abogada o el abogado invierte.

Según Ruberté Figueroa, puede darse el caso de que la persona haya sido contratada para trabajar 40 horas semanales, pero para realizar el trabajo realmente debe invertir más de 60 horas. «Esas horas en exceso no son compensables porque nadie te las va a pagar», destacó.  

Además de los efectos de la crisis económica y la inflación, para la abogada otro de los problemas es que no se ha hecho el ejercicio de analizar de forma holística todos los factores que se deben considerar para compensar el trabajo de las personas profesionales del derecho. 

«Pretendemos que los abogados sigan cobrando poco cuando todo ha aumentado. No se ha hecho ese ‘matching’ de la realidad de que todo está subiendo y que tengo que subir el salario», indicó. 

Otra modalidad que se da es la contratación de profesionales con poca experiencia para ofrecer un salario menor. Sin embargo, las exigencias laborales no corresponden a la experiencia. «Me quieren decir que me van a pagar poco porque tengo pocos años de experiencia, pero cuando voy a la práctica y a mi trabajo me van a exigir el mismo trabajo que el que tiene más años que yo. Hay una expectativa laboral que no corresponde a la paga», aclaró. 

La licenciada reiteró que más allá de aumentar los salarios se deben de equiparar al trabajo que se exige. «Las exigencias han aumentado, pero el salario no», apuntó.  

Un llamado a las escuelas de derecho

Ruberté Figueroa explicó que las instituciones educativas tienen que hacerse responsables de orientar a los futuros profesionales del derecho sobre la realidad que enfrentarán en la práctica. 

«Estos cursos que damos en el Colegio de cómo montar tu oficina legal es un taller que las escuelas de derecho deben tener como mínimo de electiva. Sabemos que hay muchos compañeros que no quieren montar una oficina legal, pero ¿y el que lo quiere? ¿Quién lo va a orientar de cómo manejar su dinero para que pueda hacer lo cuando salga de la escuela de derecho? Igual, nadie orienta a los estudiantes de cómo manejar el dinero mientras estudian para la reválida. Hay compañeros que se endeudan en préstamos estudiantiles y cuando salen a la práctica no tienen dinero». comentó.

Con relación a los préstamos estudiantiles, resaltó que se debe orientar a las y los estudiantes sobre cómo manejar correctamente el dinero y considerar otras posibilidades.

«Sin duda alguna, los préstamos estudiantiles son cada vez más inevitables y son una carga sustancial. Si necesita un préstamo estudiantil es probable que luego no tenga dinero para comenzar la práctica privada con oficina montada. Ya esa persona tiene una restricción financiera. A veces se ven forzados a coger un trabajo que le paga lo que no le compensa realmente porque hay que pagar una deuda. Ni siquiera es para poder montar un negocio o para ahorrar dinero», afirmó.  

Asimismo, recomendó a estudiantes y profesionales del derecho a solicitar los servicios y las ayudas que ofrece el CAAPR, específicamente el programa de mentoría. 

Exhortó, además, a los patronos a evaluar las escalas salariales, y a las escuelas de derecho a que tengan más protagonismo en la orientación de los futuros profesionales del derecho.

Para que quien siempre soñó con ejercer la profesión legal, cuando se enfrente a la práctica, no diga: «Si llegaba a saber eso, lo hacía antes». 

Powered by Microjuris.com